Estás aquí:

7 buenos hábitos de trabajo del Formador profesional

Desde AFOREN tenemos la fortuna de conocer a muchos formadores de muy diversas áreas. Perfiles de origen y competencias muy dispares que, como en todos los sectores, algunos cuentan con más profesionalidad que otros en el desarrollo de su actividad docente.

Hemos podido constatar, que independientemente del tipo de formación que impartas (da igual que seas formador de altos ejecutivos, que des talleres de fontanería a profesionales o hagas formación social a colectivos minoritarios), existen ciertos hábitos de trabajo, que diferencian al buen formador profesional del resto. Y le posicionan en un terreno donde tiene la capacidad de ser más eficiente, y reaccionar mucho más rápido a las exigencias cambiantes del mercado.

Buenos hábitos del formador

7 hábitos del formador profesional

  1. Conocer tu nivel de la materia que vas a impartir. No te “tires faroles”, no hay nada peor que te contraten para impartir algo que no dominas. Tú lo pasarás fatal, y tus carencias quedarán en evidencia antes de lo que crees. Se justo con tu nivel, y siempre acepta formaciones por debajo de este.
  2. Saber tu estilo de enseñanza. La manera por la que tú mejor aprendes, también es la manera con la que mejor enseñarás. Existen formadores que se les da muy bien la alta consultoría o el coaching, otros que están más cómodos en formación más práctica, tipo talleres, a otros les gusta dar clases magistrales y otros se sienten más implicados cuando la formación permite dinámicas de grupo y más interrelación grupal. Averigua cual es el tuyo.
  3. Saber evaluar tus costes: Todos los que nos dedicamos a esto sabemos que no es lo mismo dar un curso que tienes preparado, que uno que has de preparar. Al igual que no es lo mismo darlo cerca de tu casa, que a cincuenta kilómetros. Para que un curso te sea rentable, tienes que costearlo. Es decir, individualizar y valorar, todos los costes que te conlleva ese trabajo (distancias,  horas de trabajo en casa, búsqueda de información, elaboración de manuales, gestión de documentación, coste de oportunidad…), la lista es extensa. Debes darte cuenta que no puedes cobrar siempre lo mismo por tus horas como formador. Cada acción formativa tiene su precio.
  4. Pedir feedback de tus formaciones. Si impartes una formación, y no creas ningún canal de retroalimentación de la acción formativa, nunca conocerás cómo lo has hecho, cómo lo han percibido los alumnos, si ha sido útil, etc. Puedes recurrir a encuestas, valoraciones, grupos de discusión, intercomunicación con el centro…lo que sea, pero necesitas poder valorar la satisfacción de tus alumnos.
  5. Saber venderse: Si a un centro que está buscando un formador, les haces llegar un curriculum con una lista de cursos impartidos enorme. Lo más seguro es que ni siquiera te llamen, porque les abrumes. Presenta tu curriculum por áreas formativas, destaca aquello que crees más importante en relación con el puesto que ofertan y, lo más importante, la totalidad de lo que pongas tienes que poder certificarlo a la mayor brevedad posible. Por ello, un buen consejo es pedir estas certificaciones de horas, según termines la formación. Cada hora que impartes es valiosa, certifícala.
  6. Formarse y reciclarse constantemente: Antes hemos hablado del nivel, pues bien, si quieres mantener o aumentar tu nivel en cierta área, no hay mejor opción que seguir formándose y reciclándose de por vida. Ocupa esos periodos de menos actividad que seguro tendrás, y recibe formación. Piensa que estás aprendiendo en dos líneas diferentes. Una, en el área profesional de tu especialización, y dos, en el área didáctica. Siempre se cogen ideas viendo a otros formadores desarrollar su labor.
  7. Saber informarse, moverse, asociarse: El formador que lleve algunos años en la profesión sabe perfectamente de lo que estoy hablando. Este sector se mueve mucho por contactos. Si un centro o consultora tiene que cubrir un puesto laboral, lo primero que va a hacer es “preguntar por ahí”, y si tú estás en ese entorno cercano, y cumples el perfil, tienes bastantes posibilidades de conseguir el trabajo. Por ello, es imprescindible que hagas networking, generes contactos, crees comunidad, hagas amistades… como lo quieras llamar, pero tienes que estar presente cuando la oportunidad surja.

Estos 7 hábitos de trabajo, son fundamentales para que puedas ejercer tu trabajo formativo con éxito, no descuides ninguno de ellos. En Aforen creemos en la importancia del entrenamiento de estos buenos hábitos, y los ponemos a disposición de nuestros socios, mediante distintos servicios como la Bolsa de empleo, las Píldoras formativas, los Eventos profesionales, etc. En definitiva: la creación de una comunidad de y para Formadores.